Una versión catalana de Blancanieves
"Espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino? ¿Os suena esta frase? Es del cuento de Blancanieves, una historia como la malvada bruja, madrastra de Blancanieves, quería ser la más bella del reino y le dio una manzana envenenada que le hizo caer en un profundo sueño.
¿Sabéis que en nuestro territorio también tenemos una historia parecida? Ésta explica el origen del bonito para de les Fonts del Llobregat, a 1.300 m de altitud. Unas fuentes que por su espectacularidad son dignas de ser visitadas, ya que además, son el lugar de nacimiento de uno de los ríos más importantes de Cataluña, el Llobregat, el cual pasa por 28 municipios hasta llegar al delta.
Concretamente estas fuentes se encuentran en el municipio de Castellar d'en Hug, uno de los pueblos de montaña de más encanto de Cataluña, con sus calles empedradas y sus casas típicas. Podéis visitar este pueblecito y estas fuentes de aguas cristalinas, rodeadas de riscos llenos de verde vegetación con el Tren del Ciment, que pasa por este municipio en su trayecto, así como por otras atracciones turísticas de interés como los Jardins Artigas (Pobla de Lillet) o el Museu del Ciment .
Y volviendo a la leyenda, ¿os imagináis qué dio lugar a estas preciosas cascadas? Se dice que Hug de Mataplana, señor de La Pobla y Castellar, escogió como esposa a una extranjera. El noble señor era querido por el pueblo por su bondad, pero su mujer era altiva y orgullosa. Misteriosamente, algún tiempo después del matrimonio el noble enfermó y murió, explicándose el pueblo únicamente aquella repentina muerte a causa de la maléfica influencia de su mujer, la cual, además, se encontraba a punto de dar a luz.
Como una especie de castigo por su maldad, la hija resultó muy fea, de cabellos rojos como el fuego y ojos pequeños de animal. La niña jugó con los demás como una más, pero cuando comenzó a hacerse mayor, comenzó a notar que no poseeia la misma popularidad que sus amiga spor su apariencia. Entonces, su madre, muerta de envidia, se propuso que su hija fuese la más bella del reino.
Se creía que la reina era una bruja, y una noche de tormpenta, en plena rabia, se pasó toda la noche entre libros de brujería. Al día siguientre, desapareció todo rastro de la tormenta. no había ni una sola nube en el cielo, pero las nubes no era lo único que había desaparecido: Todas la niñas de la comarca habían desparecido durante la noche, esfumándose sin dejar rastro, sólo las camas con las sábanas desordenadas.
Todo el pueblo las buscó sin descanso por todos los rincones, sin éxito, hasta que escucharon un rumor extraño. Siguieron el murmullo hasta una roca, dándose cuenta finalmente que aquél ruido eran lamentos a lágrima viva que salían de la propia roca, junto a un pequeño riachuelo.
Muchas noches, sobretodo cuando había tormenta, la bruja visitaba la cueva donde había dejado a todas las niñas inocentes y se burlaba de ellas. Pero, una noche dejó de escuchar sus lamentos y fue a ver qué pasaba. Se asomó tanto al agujero donde había dejado a las pequeñas, las cuales se habían convertido ya en rocas, que resbaló y cayó al interior de la cueva también. Como si la tierra no aceptase a aquella malvada mujer, de las profundidades surgió un gran río, de fuerza y caudal descomunales, y expulsó el cuerpo de la bruja, convirtiéndola en un polvo rojizo.
Se cree que las cuantiosas y eternas lágrimas de las niñas hicieron nacer el río Llobregat y que su tierra es rojiza aún por el cuerpo de la bruja.